jueves, 6 de abril de 2017

Llegada al mundo del ajedrez

Hace muchos años, creo que por aquel entonces yo debía tener 12 años, durante unas vacaciones de verano, un tío mio me enseñó a mover las piezas del ajedrez. Y digo que me enseñó a mover las piezas porque ni él era un jugador habitual, ni yo lo sería desde aquel momento.
Ese verano debí jugar todas las tardes durante el mes que me duraron las vacaciones en la playa, hasta que por fin conseguí ganarle una partida.
No fue hasta mucho tiempo después, en mis años de universidad, cuando un día, durante las fiestas del patrón de la politécnica, se organizó un torneo de ajedrez para los alumnos.
Me animé a volver a jugar(habrían pasado unos 10 años sin tocar un ajedrez) y lógicamente me apalizaron vilmente.
Después de ese día no volví a ver/tocar un ajedrez hasta hace algo mas de 1 año.
Fue durante unas vacaciones de esquí en Formigal, tras estar todo el día esquiando, los peques estaban en el hotel buscando algo en lo que gastar las pocas energías que les quedaban. En el miniclub había tantos niños que no había ni un juguete libre, salvo un viejo tablero de ajedrez y unas piezas. Mi hijo y una amiga me preguntaron si sabía que era aquello, les comenté que era un ajedrez, como se llamaban las piezas y como se movían...poco mas. Enseguida empezaron a utilizar las piezas como juguetes de guerra y ahí acabo ese primer acercamiento.

Unos pocos días después, mi hijo Mario me comentó a la salida del cole que, una amiguita suya se había apuntado a Ajedrez en las extraescolares del cole y que él quería también apuntarse.
Me constaba que su amiga tiene un padre que jugaba de joven al ajedrez en un club y le había enseñado a jugar. Mi hijo es un torbellino y sinceramente no le veía durante una hora sentado en frente de un tablero, tranquilo, pensando, jugando. Intenté sin éxito que desistiera de la idea, hasta que un día hablé con su madre y decidimos preguntar en el colegio si podía probar un día, con la idea de que, en cuanto viera en que consistía, se pasarían sus ganas de ajedrez.
Hablé con la profesora y esta con el profesor que accedió a dejarle probar un día.
Contrariamente a lo que nosotros pensábamos, nos dijo que le había gustado mucho y el profesor accedió a cogerle en clase dado su gran interés.

Paralelamente a las clases en el colegio, por las tarde, cuando estaba muy movido, aprovechaba yo a sentarme con él, comentarle como se colocaban las piezas, como movían, el enroque, la promoción del peón...las 4 cosas que yo sabía. He de reconocer que ese ratito con mi hijo tranquilo, hablando y jugando juntos me enganchó desde el primer momento.

Así pasaron 4 o 5 semanas cuando un día mi mujer me sorprende con la noticia que, el profesor de ajedrez ha llamado para persuadirla de que dejemos a Mario apuntarse a un torneo que él organiza dado el alto nivel que demuestra. Yo había ya conseguido jugar partidas de ajedrez completas con él, ganándole sin esfuerzo a pesar de mi pauperrimo nivel ajedrecístico y me tome todo aquello un poco a chiste, la verdad. A pesar de no ir a dicho torneo, el profesor a través de la profesora nos hizo saber que Mario atendía mucho en las clases y se quedaba con todo enseguida.
Yo paralelamente seguía jugando y puliendo errores comunes de novato, con mi nivel también de super novato. Un buen día, allá por abril de 2016 y por casualidad escucho hablar del club de ajedrez local de Sanse(donde vivimos) el Club de Ajdrez VCentenario. paso un día por su puerta y veo niños pequeños jugando contra gente mayor y eso llamó mi atención.
Un día me paso por allí y pregunto con cuantos años van los niños a clase y me comentan que, salvo casos raros con 7 u 8 años.
Los les digo que juego con mi hijo de 4 años y que tiene mucho interés por el ajedrez, ellos insisten en que es muy pequeño pero supongo que por quitarse al pelmazo de encima, me comentan que puedo llevarle una tarde para ver que tal.
Se lo comento a mi hijo y en seguida se entusiasma con la idea...vamos un día a probar y conozco a Juan Carlos Antón, él es el encargado de "evaluar" a Mario, se sienta con él y le hace las típicas preguntas de como colocar las piezas, como mueven, que es el enroque...para ver que sabe. Echa una minipartida con él y me dice que puede ir los Martes y Jueves.

Con diferencia era el mas pequeño de la clase, le costaba entrar en clase cada uno de los días, se agarraba a mi pierna y decía que no quería entrar...cuando Juan Carlos le convencía de entrar luego no había forma de llevármelo de allí, todos los días desde el primero hemos dejado la clase los últimos.

Enseguida noté un cambio brutal en su forma de jugar, aunque cometía muchos errores que yo con picardía transformaba en victorias, notaba que cada vez me costaba mas trabajo ganarle. Entonces un día me comentaron en el Club que había un torneo en el Colegio Mirabal de Bohadilla, para niños, donde había una categoría de sub 8 años(prebenjamines) donde podría jugar Mario para que se fuera acostumbrando a dar al reloj, etc...
Hablé con los organizadores y me comentaron que si era capaz de pulsar el reloj podía inscribirse y así hicimos. Compré un reloj chino por ebay que llegó en 2 días y añadimos el pulsar el reloj a nuestras partidas de la tarde/noche...poco a poco se fue acostumbrando y para el torneo, allá por Mayo estaba casi acostumbrado del todo.

Hasta ese día jamás había estado en un torneo de ajedrez en condiciones, así que he de decir que la primera sensación que me llevé al llegar al colegio el sábado fue de acojone total...¡donde hemos metido al crío! pobrecito!!!

De pie en la silla para poder mover, en su primer torneo

Los tableros estaban situados en las pistas del pabellón y a los padres no se nos permitía estar con ellos, estábamos en la grada...para colmo el crío en su primera ronda no tuvo rival, porque no llegó y estuvo los 15 minutos de reloj esperando el solo sentado en la mesa...cuando acabó subió y dijo todo contento:"He ganado!!" jajaja 
A partir de ahí vino su primera frustración y primera lección en esto de los torneos. Como todos sus rivales le veían tan peque, le hacían el "mate del pastor", como nadie le había enseñado a defenderlo cayó 4 veces seguidas...el pobre subía y decía, "No he podido jugar"...así acabó el día 1, con un bye y 4 derrotas inmediatas...ya en casa le expliqué donde poner el caballo para defender el famoso mate y que hacer y que no hacer en los primeros movimientos.
El resultado fue al día siguiente cero mates del pastor en contra jajaja
Aquí fue cuando además vimos que no se le daba mal esto de jugar...en cuanto aguantó el primer envite saco sus primeras tablas por ahogar a su rival, luego otras y otras, porque aunque suene a chiste, jamás había estado por delante en una partida y no sabía como ganar, así que entre partida y partida le enseñé el mate con las 2 torres(el famoso "Mate del patito") y en la última partida lo hizo y ganó!!! 3.5 ptos en 10 rondas tras empezar con un bye y 4 mates pastor...sin duda una inyección de moral.
El momento mas bonito por nuestra parte, vino gracias a una organización que tuvo un detalle precioso con él. Tras entregar todos los trofeos le dieron solo a él una medalla por ser el mas pequeño.No se lo podía creer...creo que en ese momento, ya se había enganchado para siempre.


La cara de acojone que tiene el pobre...




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